El sérum facial es un tratamiento cosmético muy potente, que se debe aplicar dos veces al día sobre el rostro, escote y cuello. Tiene una alta concentración de activos que aumentan su eficiencia frente a otros cosméticos hidratantes.
El origen
Sérum deriva del inglés “serum” cuyo significado es suero. Su uso se ha expandido a nivel mundial, siendo, en España, un producto muy común en la cosmética. No obstante, al margen de su etimología, se debe saber que este compuesto es un concentrado de belleza facial, cuyos ingredientes activos son más potentes que los de una crema convencional, razón por la que ha de ser un complemento en la rutina de belleza.
Su textura es más fluida que la de una crema. Es menos grasa, por lo que facilita la absorción y penetración en las capas más profundas de la dermis, nutriéndola.
¿A qué edad se recomienda utilizarlo?
Normalmente, es a partir de los 30 años cuando la piel comienza a mostrar las primeras arrugas, momento en el que se hace necesario el uso del sérum facial como complemento a la crema hidratante.
A pesar de la edad, también se recomienda utilizarlo en toda persona que presente una piel deshidratada, con manchas o con tendencia acnéica, pues el serum facial mejora el estado del cutis.
¿Cómo se usa?
El sérum aporta gran hidratación, dejando la piel suave y con una textura ligera. Resalta el brillo del rostro, corrige las manchas y aporta un color más uniforme y luminoso. Sin embargo, para lograr esto, se precisa de una correcta aplicación.
El primer paso es emplear un desmaquillante para eliminar todo resto de maquillaje del rostro.
Después, se debe limpiar el rostro al completo con un jabón suave y agua templada. Así, la piel estará lista para aplicar el sérum.
A continuación, se aplicarán entre 2 y 4 gotas sobre la yema de los dedos, y se extenderá sobre el rostro con movimientos circulares, de dentro hacia fuera. Recordar no aplicar sobre el contorno de ojos.
Finalmente, cuando la piel haya absorbido el sérum al completo, se aplicará una crema hidratante para nutrir la piel en profundidad.
Se recomienda aplicar este producto por la mañana y por la noche para un resultado óptimo.
Con estos sencillos pasos, la piel recuperará el brillo y la luminosidad natural.
Es importante saber que el uso del sérum facial no significa que no se necesite de la crema hidratante. Por separado, no son suficientes para hidratar la piel. Se deben complementar para conseguir una piel radiante tanto por dentro como por fuera.
Conclusión
El sérum facial es un producto imprescindible en cualquier rutina de belleza. Gracias a esa concentración de activos, se consigue una consistencia acuosa, una textura más ligera que la que aportan las cremas y mascarillas. Así, permite la hidratación en profundidad de la piel.