Los jabones naturales respetan el medio ambiente, al mismo tiempo que cuidan de la piel. Al utilizarlos, se apoya a la producción sostenible, y favorecen la salud. Sin embargo, los jabones naturales y sintéticos conviven en una misma estantería, sin presentar apenas diferencias a simple vista. ¿Qué los diferencia?

Los jabones naturales frente a lo sintético

La diferencia entre un jabón natural y un jabón sintético termina notándose en la piel, dependiendo, en su mayoría, del agente tensoactivo empleado para la fabricación del mismo.

¿Qué es un tensoactivo?

Los tensoactivos son sustancias que unen dos fases inmiscibles, creando una emulsión. Se dividen en lipófilos y hidrífilos. Así, parte de la molécula se disuelve en la fase lipídica, mientras que la otra se disuelve en la fase acuosa, arrastrando, así, las impurezas de la piel o el sebo.

Los tensoactivos pueden ser:

  • Iónicos: catiónicos, aniónicos, anfóteros
  • No iónicos

En los jabones sintéticos, encontramos:

  • Aniónicos, como el SLS o el SLES, empleados en el 90% de los jabones, geles y champús, debido a su bajo coste. El SLS, en concreto, al ser un tensoactivo potente, arrastra todo el manto lipídico, dejando la piel sin protección natural.
  • Catiónicos, compuestos cuaternarios de aminas con una baja capacidad emulsionante. Se usa en acondicionadores y conservantes.
  • Antóferos, añadidos en las fórmulas con el fin de reducir la irritación provocada por los aniónicos.
  • NO Iónicos, los cuales no tienen carga eléctrica y disponen de una baja capacidad espumante, siendo menos agresivos para la piel. No obstante, al ser una síntesis química, los procesos han de estar muy controlados.

Por otro lado, los jabones naturales, a diferencia de los sintéticos, emplean otros tensoactivos naturales, donde la parte hidrófila se encuentra formada por aminoácidos, péptidos aniónicos o glúcidos, y la parte hidrófoba está formada por ácidos grasos.

Lo más empleado en los jabones naturales son los glicolípidos (azúcar + ácido graso), pues no son irritantes y son biodegradables.

Los jabones naturales reducen la cantidad de ingredientes químicos sobre la piel y su impacto sobre el medio ambiente. No emplean ingredientes químicos que sean perjudiciales para la piel y puedan causar, incluso, enfermedades.  Prescinden del uso de conservantes, perfumes sintéticos, derivados del petróleo, etc.

¿Qué ocurre con la glicerina?

Los jabones sintéticos son elaborados a temperaturas superiores a 170 ºC, para conseguir separar la glicerina del producto final. Esta glicerina se vende por separado para sacar un beneficio mayor. Sin embargo, en la cosmética ecológica, los jabones son fabricados en frío, conservando toda la glicerina que, al final, aumenta las propiedades anti-irritantes e hidratantes del producto, siendo más beneficiosas para la piel.

Entonces, ¿usamos jabones naturales o jabones sintéticos?

Las ventajas que ofrecen los jabones naturales frente a los industriales son más extensas.

Un jabón natural no contamina, pues no contiene derivados del petróleo; limpian en profundidad sin resecar la piel, y manteniendo todos los aceites naturales, antioxidantes y aportando elasticidad y suavidad a la piel.  Los jabones naturales conservan la glicerina, contribuyendo al mantenimiento de una piel humectante y útil para el tratamiento de diversas enfermedades cutánea como los eczemas.

Sin embargo, los jabones sintéticos, aunque sean más económicos, se crean con productos contaminantes y nocivos para el medio ambiente y la salud de la piel.

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